1.- La liga de magia chilena (algo así como una filial latinoamericana de Hogworts pero pobre) encabezada por el "siete pulmones" Mago Oli, hicieran desaparecer en cojunto a los ejecutivos de Farmacias Asalto Brand, Chanchada y Cruz Muerte y los enviaran a comer heno y estiércol durante una temporada a los potreros de don Sata.
2.- Mauricio Israel, luego de haber pasado por la gula y otros pecados capitales para después quebrar y estafar a varios, creyera encontrar en los Emiratos árabes un pozo petrolero y al tirarse un piquero acapulco en zunga para festejar su condición de nuevo rico, se diera cuenta de que en realidad era un pozo séptico mezclado con betún líquido y tanax y que todo era un reality macabro de sus amigos de Chile.
3.- Marco Enríquez Ominami por algún momento creyera que sus películas son de oro y que si todos hablaran como él, en Chile aumentaría la expectativa de vida y las dosis de ritalín para el bicentenario.
4.- Julito Martínez resucitara con una cabellera frondosa y lasia, hablara en arameo y dijera que es el nuevo mesías.
5.- Sebastián Piñera, volando en su helicóptero choper y sin afanes populistas, tirara plata y tarjetas cargadas por el centro de Santiago y sin darse cuenta chocara con la torre Entel.
6.- Los panelistas y noteros de cualquier programa de farándula aprendieran a hablar.
7.- Camilo Escalona y José Antonio Gómez, tras la disputa verbal que tuvieron, hicieran un esperado cara a cara, el cual sería televisado y conducido por el Turrón, Daniel Vilches y Pati Cofré (el coa estaría permitido)
8.- En las elecciones presidenciales y luego de la triste y sorpresiva falta de candidatos a elegir (Piñera quedó paralítico tras el accidente, Marco Enríquez evolucionó a un lenguaje que sólo entiende él y Eduardo Frei sufrió el síndrome pinocho en su nariz quedando imposibilitado facialmente y luego de una improvisada y disputada dupla de candidatos formada entre Díoscoro Rojas y el Pescado Cara de hombre, es elegido este último por su habilidad submarina y terrestre, su dialecto superior y sobre todo por lo incomprensible que resulta al entedimiento humano su tétrica cara.
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