¿Existe algo peor que el dolor de muela? La respuesta, indudablemente varía, dependiendo del grado de adaptación de algunos mamíferos terrestres a condiciones desfavorablemente adversas (para el reputado dentista y doctor Pegaloco, solo la muerte).
Si tuviera la posibilidad de darle el golpe de gracia a mi peor enemigo ¿le daría un dolor de muela? Depende, algunos especímenes merecen sufrir más que otros, pero aún así, desear en vida algo tan mortíferamente insoportable, me podría pasar la cuenta después de mis días (sácatela weon, me dijo formal y académicamente el Dr. Pegaloco hace cuatro meses atrás).
Respecto al dolor en sí, debo decir que ataca de manera rápida, efectiva y constante, como si con un alicate le diéramos cuerda a la manilla de un reloj y lo programáramos para despertarnos de nuestros sueños más profundos alrededor de las 4:00 AM, cumbre en la cual, se puede llegar con la facilidad de un Sherpa, a los más elaborados cuestionamientos filosóficos que el pensamiento humano nos ofrece desde tiempos inmemoriales.
Ante un panorama tan poco alentador como este, y en mi carácter de sobreviviente, existen algunas vías para salir a flote:
- Manejo de la ira y el mal genio (difícil).
- Nefersil (solo como medida parcheleón, ya que si bien por momentos uno cree que le puede ganar a la muela regalona, es solo una ilusión, el dolor siempre gana).
- Tomar aguita (si se esta con antibiótico, se debe cerrar el bar, no por que uno pueda morir o explotar como dice la leyenda, sino porque pierde todo el poder mata infecciones).
- Ir al dentista y proceder a la extracción (lo más difícil porque son odiosos, pero bueno, para algo están).
Pensándolo mejor, solo quizás no ir a un show espacial de los Flaming Lips puede ser peor.