Regresé el 68 para un especial de regreso que me programo la NBC, en realidad ya estaba aburrido de hacer películas absurdas, en las que solo tenía que hacer de mi. Lo peor es que como tenía una cara linda, había logrado fama con la música y las chicas me amaban, se vendían ridículamente bien (alcance a realizar 32 en un lapso de 5 años).
También debo mencionar que ver a los Beatles en el número uno todas la semanas me pegaba patadas en el hígado (el cual colapsaría años mas tarde junto a mi corazón, a punta de somniferos, fármacos y emparedados de mantequilla de mani fritos que consumía diariamente alrededor de las cuatro de la mañana).
Me encaje de cuero negro para la ocasión, tome mi guitarra y a mi banda, y con un poquito de rock n´roll, mezclado con rhythm and blues y gospel del bayou, volví a poner las cosas en su lugar.
Se preguntarán que pasó después, por qué no me mantuve en forma (me fui de este mundo pesando la no despreciable suma de 117 kilos) y por qué decidí caer en la espiral humana de decadencia en la que cayeron tantos otros.
Bueno, la respuesta es simple, como todos lo mortales tienen un vicio yo también tenía los míos. La diferencia es que además tenía el poder económico para satisfacerlos como se me diera la gana. Tenía a la mafia de Menphis que me aplaudía hasta la mas estúpida de mis ocurrencias, tenía mis cadillacs, mis mujeres, mi mansión para recluirme, mis drogas, mi avión, mis conciertos en Las Vegas y lo mejor de todo es que nunca nadie me dijo que no. Tenía también al papasnatas del Coronel Parker que manejaba mis asuntos como si estuviera apostando en una carrera de caballos (el muy desgraciado me traiciono y se hincho de plata como un cerdito a costa mía).
Y lo que nunca pude tener, no se los voy a decir, porque no sería yo si se los dijera.
Pd: A los ineptos que creen que estoy vivo y de incógnito en algún lugar del mundo, solo les digo una cosa, no soy un Robot, solo soy el Rey.
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